Que si las prohiben. Que si no. Que si son un fastidio porque suenan como un enjambre de abejas. Que si venden tapones para los oidos en la salida de los estadios. Que si es el duodécimo idioma oficial de Sudáfrica. Las vuvuzelas dan para todo. Desde fastidiar a los jugadores (o al enemigo de turno, sería interesante intentarlo) hasta para la celebración.
Hoy nos tocó ver algo rarísimo por estos lares. En un centro comercial cualquiera de Johannesburgo, ni siquiera de los más lujosos, hay anuncios por todos lados prohibiendo las vuvuzelas. Y yo que pensaba que eran productos de primera necesidad en este país, por estos días. Veo que no.
Sólo algo superó a este cartel, y fue el CD alegórico a Caster Semenya, la (el) atleta sudafricana(o) cusada(o) de ser del sexo opuesto luego de triunfar con holgura en los pasados mundiales de atletismo. La foto de eso, se las debo #fail.
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