No, no me pasó nada en Dacca, capital de la República Popular de Bangladesh. Tampoco había nacido cuando, después de mucho pelear, lograron separarse de Pakistán en 1971. Mucho menos me molesta el éxito que tuvieron con su Banco del Pueblo (del cual nosotros hicimos una burda copia hacia principios de década). Su gentilicio es "bangladesí" y su idioma el bengalí. Hasta ahi, todo bien.
Yo, desalmado, desmedido, carente de cualquier moral y buena costumbre, enfoque mi rabia hacia los periodistas de ese país que cubren, con mucho esmero, la Copa del Mundo en Sudáfrica. ¿La razón? Sencilla. Venezuela está por debajo de Bangladesh en el criterio de escogencia FIFA para otorgar entradas de medios.
No menospreciamos el trabajo de nadie, ni por nacionalidad, ni por el nivel de su medio. Eso que quede claro. Pero en los últimos partidos, esta nación asiática recibe 4 entradas para periodistas, mientras los de la "pequeña venecia", si acaso, mendigamos 1.
Cuando fuimos a reclamar por vez primera, el delegado de FIFA simplemente contestó: "si hubiesen clasificado al Mundial, otra sería la historia", dijo. Como si yo hubiese fallado el penal vs Paraguay en Cachamay (mil saludos a Miku, por si nos lee). "Para nosotros, Bangladesh y ustedes, son lo mismo" (fue en el Brasil-Corea del Norte).
Tres razones por las que "no somos lo mismo":
1. Bangladesh se quedó en la primera ronda de Asia al perder 6-1 con Tajikistan en el acumulado. Venezuela, a dos puntos de la repesca de Conmebol con Concacaf (que al final, ganó Uruguay).
2. Ránking FIFA de Bangladesh: 157. Venezuela: 49.
3. Bangladesh: AFC; Venezuela: Conmebol.
Que no se malinterprete esto. Pero duele un poco en el orgullo y en el gentilicio. En Dacca estarán felices porque verán crónicas de primer nivel escritas por los 4 redactores que reciben entradas. Nosotros, en cambio, esperamos hasta el último minuto para poder entrar (y a Dios gracias, lo hemos logrados). Nada que hacer. No somos nada.
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